Guiones del Cine Mexicano: Lo mejor de Teresa

Por Daniela Guivini Salgado Correa

“No pienses tanto Teresita, las muchachas que piensan mucho no se casan nunca”
“Tengo algo mejor que el dinero, carácter”

En el año 1976, bajo el guion de Adolfo Martínez Solares y Alberto Bojórquez, así como la dirección de este último y una producción de CONACINE, se estrena el filme “Lo Mejor de Teresa” el cual recibió en 1977 el Ariel a Mejor Argumento Original.

Teresa es una joven tabasqueña de mentalidad independiente que, contracorriente, decide irse a estudiar la universidad al Distrito Federal. Pronto se da cuenta de lo inclemente que puede ser la ciudad. Termina inútilmente vendiendo libros mientras va descubriendo su sexualidad y unas amistades interesantes, pero, lamentablemente no logra entrar a la universidad, así que, empieza a cuidar a la mamá de su amiga prostituta, quien tiene un novio criminal con líos en los que Teresa termina envuelta. Finalmente, después de tantos tropiezos y exploración personal le llega la noticia de que su madre ha muerto y con el dinero del rancho de ésta vuelve a la ciudad para poner un negocio propio.

Bojórquez, de origen yucateco, cursó estudios en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, además de en el CUEC, hacer una especialización en dirección de cine. Hizo una gran cantidad de cortometrajes, especialmente documentales como: “Escuela Nacional de Odontología y Sociología” (1967), “Los Que Sí y Los Que No” (1973) y “Durmientes” (1974). Destaca también su contenido de proyectos para la televisión cultural e institucional de México en los que sobresalen los que hizo para UTEC. Debutó con su largometraje “Los meses y Los Días” el cual produjo de forma independiente y que le valió el Ariel a mejor ópera prima. Entre sus filmes relevantes se encuentran “La Lucha Con la Pantera” que fue la primera producción industrializada que realizó y nos habla de la amistad de tres chicas adolescentes: una con tendencias suicidas, otra con pensamientos incestuosos y la última con fantasías de violación; “Retrato de Una Mujer Casada” una crónica de la vida cotidiana de una ama de casa que estudia para superarse; y “Robachicos” acerca de un hombre que se infiltra en una red de secuestro y conoce a una mujer que busca acabar con los abductores de menores.

Por otro lado, está Adolfo Martínez Solares nacido en Ciudad de México; ejerció como guionista, productor, director e incluso camarógrafo. Curiosamente estudió la licenciatura de química en la UNAM, pero terminó dirigiendo su vida hacia el mundo cinematográfico. Ha realizado 48 guiones de largometraje y se caracterizan por, en su mayoría, tratar con la comedia. Dentro de su filmografía destacan: “La Negra Tomasa” (1993) una mujer mulata con mucho poder de atracción en su barrio, “Alta Infidelidad” (2006) una narración de tres historias que involucran la falta de fidelidad en distintas interpretaciones de dicho concepto y “El Diario Intimo de Una Cabaretera” (1989) sobre la vida de unas gemelas adoptadas por separado después de que su madre se suicida.

Volviendo a la película en cuestión. Es un tanto sorprendente ser testigo de lo que estos autores plasmaron en un filme de esta década y, a lo que hacen crítica; más aún, tomando en cuenta la normalización de tantas injusticias sociales que en México nos persiguen hasta nuestros días. En esta cinta se habla abiertamente de la sexualidad y para la época es incluso relativamente “explicito”. El filme intenta explorar el universo de la mujer independiente y desatanizarla. Temas bastante recurrentes en el trabajo de Bojórquez.

Al mismo tiempo, nos habla de la centralización y la idealización que existe sobre la ilusoria representación de la ciudad. Hace grandes contrastes entre la provincia/el campo y la industrialización masiva. Incluso hay un dialogo premonitorio que es bastante irónico en estos momentos: “un día de estos el presidente de la republica puede ser tabasqueño” dicho con un subtexto sarcástico y bueno, ese concepto ahora es historia y digno de análisis.

En fin, regresando al punto, muchas de las limitantes de Teresa para lograr su autonomía van más allá de los prejuicios y la ignorancia de su familia, se derivan de la estructura social patriarcal capitalista. Tal como el hecho de que no logra pasar el examen de admisión; evidentemente no lo hará con sistemas educativos atrofiados y con la desigualdad social que vive. Y mucho menos en un sistema que ha logrado que nos volvamos nuestros propios esclavos para subsistir y que, como el filósofo Byung-Chul Han afirma “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que se está realizando…”

Estas ideas de corte detractor también se aprecian cuando Teresa hace amistad con un chico que está involucrado con un grupo de oposición que, con su periódico, intentan divulgar una especie de movimiento con tintes revolucionarios. Posteriormente, Teresa tiene relaciones con el chico y dicha acción se podría tomar incluso como algo simbólico en la vida de la protagonista. Ya que, después, para sorpresa de él, lo rechaza indiferentemente argumentando no querer un compromiso.

Este tipo de temáticas abundaron en nuestras películas de dicho periodo. El cine mexicano de los 70´s tiene muchas escalas de gris, por un lado, generalmente está, casi de forma exclusiva, relacionado con el “Cine de Ficheras” pero, lo cierto es que hubo mucha más variedad. En esa época nacieron películas que buscaban reflejar temas sociales y políticos que involucraban principalmente a la clase media y que tenían una importante influencia del cine europeo; obviamente desde la perspectiva de nación en vías de desarrollo. Hay muchas semejanzas, por ejemplo, con la vanguardia de la Nouvelle Vague e incluso del Neo-Realismo Italiano.

Esta década marcó la historia del cine mexicano y el contexto de este periodo le es infinitamente relevante, se tiene que tomar en cuenta que apenas unos años antes, en el 68´ estaba el movimiento estudiantil que terminó en la inhumana Matanza de Tlatelolco.

El ambiente sociopolítico estaba en crisis, era bastante frágil y hervía con ideas detractoras, de inconformidad y profundo rencor. Lo lógico que pasó en el cine fue que esto inevitablemente se reflejó y nos dio a partir de 1976 el llamado “Nuevo Cine Mexicano”. Se empieza a percibir en el contenido audiovisual la ansiedad de estos nuevos realizadores, la incertidumbre y la necesidad de cambiar paradigmas. Aunque, claro, esto no sucedió así sin más, inició con el gobierno de Echeverría, quien tuvo una estrategia de aproximación al pueblo desde el cine. Apoyó tanto mediática como económicamente a la industria, propició el renacimiento de instituciones y gracias a esto se le abrieron las puertas a una generación de directores independientes con propuestas arriesgadas y una visión que se puede considerar como “cine de autor”, de una idiosincrasia social y crítica. Entre los filmes más destacados podemos encontrar “El Castillo de la Pureza” (1972), “El Lugar Sin Límites” (1978), ambas de Arturo Ripstein y “Canoa: memoria de un hecho vergonzoso” (1975) y “Las Poquianchis” (1976) de Felipe Cazals, piezas invaluables del cine nacional.

Pero lamentablemente, todo lo que sube, tiene que bajar y lo prolífico de la década se desintegro con el gobierno de López Portillo. De entrada, se sobreexplotó al Cine de Ficheras y marcó con hierro una imagen de decadencia en nuestro cine. Por otra parte, se desmanteló casi todo lo logrado en estructuras estatales con relación al cine del sexenio anterior y se buscó infructuosamente devolverle al pueblo mexicano un “cine familiar” que, por ende, también era comercial y a partir de esto, la industria se fue en picada.

En resumen, de este periodo salieron muy valiosas cintas como “Lo Mejor de Teresa”, tanto como por su relevancia social como por su espíritu activista y siempre se agradecerá infinitamente esa vena disidente. Solo me parece que es imperativo tener en mente que es mejor ceder el espacio a las minorías para que su voz se escuche. Muchas películas, incluso actuales, hablan del empoderamiento femenino, de esta exploración de libertad, pero, en su gran mayoría, son películas dirigidas o escritas por hombres. Por lo que es una visión un tanto idealizada y alejada de la perspectiva de quien lo vive, una mujer. Ceder el espacio y la voz a quien no la tiene y hay que abogar por ello siempre que sea posible.

@EscribeCine