La adaptación (El cine necesita historias) 

“El poder de multiplicar los sentidos”

Por Sofía Espinosa

El cine nos ha enseñado a reconstruir historias, a modificar sentidos y examinar imágenes que se construyen a través de elementos como la narración, el relato y la trama. Sabemos también que está compuesto de encuadres, de montaje, luz, cuerpos, espacios, objetos y sonidos. Pero para poder entender lo que transmuta este séptimo arte, es importante conocer el origen que existió antes de su creación y he aquí lo que presentamos como la ¨adaptación¨.

Antes de que las imagines tuvieran movimiento, la literatura, el teatro y la pintura ya contaban con una visión propia; estilos, colores y formas que representaban con individualidad a cada una de estas corrientes artísticas.

La necesidad de contar historias y el desafío que plantea la adaptación para el cine, radica en una transformación misma que genera nuevas interpretaciones entre la obra escrita y la obra cinematográfica; simplificar y cambiar códigos (puntos de vista) el juego de una mirada cómplice que circula, se aleja, describe, muestra, crítica y comenta.

El cine habla de miradas, de construir límites y conjugar definiciones. Dicho esto a través de la interpretación de la adaptación citamos “el poder de multiplicar los sentidos”, donde conoceremos al cine como una reconstrucción y revaloración de conciencia entre la adaptación literaria a la obra cinematográfica.

Dentro del discurso que nos ofrece Frédéric Subouraud nos introduce a conocer las ¨creencias¨, partiendo del cómo funcionan al cómo aprender a diferenciar entre la creencia literaria, teatral y cinematográfica. Un trabajo donde el guionista y director se encargan de transformar una novela a un filme, que permiten expresar con claridad la labor y sentido que desea dar el realizador hacia su espectador; la creencia que el cine despierta en ellos ¿por qué creemos en las historias?

La creencia en el cine no es solo lo que uno ve, para poder adaptar debemos cuestionarnos sobre la manera de transmitir al espectador la tensión dramática del relato, por otro lado hacer frente a la mentira y verdad del cine para que la creencia intervenga. Adaptar es cuestionar todo su sistema de representación.

Frédéric Subouraud divide su argumento en cuatro capítulos:

  1. Narración y narrador
  2. Otra relación con el tiempo, el espacio y el sonido
  3. La cuestión de los personajes
  4. Lógicas de producción y universos de autores

Cada capitulo se centra en explicar cómo las técnicas cinematográficas redifican temporalidades que permiten recordar un sentido de conversación ya conocido; un trabajo de construcción y transferencia que dan origen a un nuevo lenguaje al que nombramos cine.

Conservar la huella de nuestro trabajo se cimienta cuando respetamos la adaptación a través de nuestra propia voz y estilo. Una adaptación honesta siempre será una traición hacia el autor y a nuestro trabajo fílmico, es por esto que debemos inventar sin traicionar; conociendo el origen del relato, para después recodificar y generar un mensaje individual que antes fue proceso de una interpretación colectiva.

El cine es conocido como el cambiante de formas e ideas; claro que cuando no es traicionado por lógicas de producción impuestas, puede ser conocido como el arte que se propone romper con paradigmas.

Imaginemos que el tiempo pueda ser utilizado como el sinónimo de la adaptación. El cine al igual que la adaptación buscan como cualquier corriente artística una evolución, un arte que no transmuta no puede ser llamado arte dicho esto, ahora partiré a realizar una pequeña reflexión.

El ser humano, así como el mundo y el arte siempre están en constante transformación, este cambio parte del punto vista de lo que percibimos del tiempo; una palabra que se codifica dentro de nuestro consiente e inconsciente colectivo, veámoslo como un recuerdo tatuado que muchas veces parece olvidado. Y es aquí donde te estarás preguntando ¿qué tiene que ver esto con Frédéric Subouraud y la adaptación? Bueno dentro de la reflexión del argumento que nos comparte Frédéric, nos habla de un mundo cambiante y difícil de impresionar a lo que a través de su lectura nos invita a hacer conciencia de la perdida de la inocencia creativa que antes poseía el espectador y que ahora estos elementos técnicos que nos proporciona el cine, como la literatura y el teatro ya no tienen el mismo grado de impresión que cuando nos referimos a sus comienzos.

Pero Frédéric también nos habla de recuerdos; obras visuales adaptadas por realizadores como Hitchcock y Kubrick que aun siguen causando en nuestro presente el mismo impacto que su pasado.

Lo que Frédéric trata de hacer relucir, es que el arte es evolutivo al igual que el ser humano (llámemelos espectador) y así como la adaptación trata de generar nuevos códigos mediante el cine, el espectador también debe ser entrenado para poder recibir los nuevos significados y volver a la raíz de la inocencia creativa que poseía el receptor en sus inicios.

Te invito a generar una nueva interpretación, en donde puedas citar con tus propias palabras ¨ El poder de multiplicar los sentidos¨.

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