Lee el guion de A Clockwork Orange

Por Nayib González

Dentro de la lista de cineastas reconocidos e influyentes, tenemos a uno considerado como el más grande de los tiempos, y ese es Stanley Kubrick, inmortalizado en el arte y el cine.

Desde 1950 hasta sus últimos días, se encargó de generar películas que fascinaron y horrorizaron al público. Sus ambiciones de pequeño lo llevaron a formar la carrera que construyó, convirtiéndose en un demandante perfeccionista que asumía el control de varios puestos dentro de sus películas.

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“2001: Odisea en el espacio.”, “El resplandor” , “Eyes wide shut”, “Lolita”, “Dr. Strange Love”, “Spartacus”, entre otros títulos más donde exploró diversos géneros y distintas características.

Kubrick es reconocido por su maravillosa fotografía, con la cual, podía comunicar una gran cantidad de información a través de un sencillo ángulo o movimiento, con una perfecta simetría, estéticas frías e imágenes dinámicas que lograban apoyar la trama de la historia y hablar de los mismos personajes. Mezclaba lo correcto y lo incorrecto,  ya fuera visualmente o dentro de la historia, con personajes emocionalmente distantes a quienes deshumanizaba dentro de mundos peligrosos. Se encargó de generar controversia con sus temas sociales donde criticaba la necesidad por la violencia de los seres humanos.  Nos inundaba en un humor negro a la vez que nos criticaba, dejándonos con oscuras conclusiones.

La mayoría de sus películas fueron adaptaciones de libros y fue con tan solo el primer capítulo de la obra de Anthony Burgess, que Kubrick quedo fascinado, impulsándolo a escribir el guion de La naranja mecánica. La película cuenta la historia de Alex DeLarge, un joven delincuente carismático y violento, quien tras meterse en problemas es mandado a un programa experimental para ser corregido.

 La naranja mecánica es probablemente una de las mas controversiales de sus películas, es perturbadora para muchos por su forma de manejar la violencia, y sin embargo, es completamente fascinante y seductiva, considerada como una de las mejores adaptaciones. Se nos introduce a un antihéroe como protagonista dentro del primer acto, Alex DeLarge, un aterrador y a la vez encantador joven, que pasa sus noches adentrándose en diferentes crímenes violentos, junto con la compañía de su grupo de amigos.

Es en este primer acto que conocemos la maravillosa forma de ser de este protagonista, pues no solo es un sociópata violento, sino que es alguien inteligente, sofisticado y lleno de cultura a comparación del mundo a su alrededor, un lugar sucio,  salvaje e ignorante. Conocemos las noches cotidianas de este grupo liderado por Alex, en donde se meten en una cantidad de eventos llenos de golpes y violencia. Como una de las cosas más destacantes de su noche, y como un incidente incitador en la historia, Alex y sus amigos llegan a “casa”, donde golpean salvajemente a una pareja cantando al compas de “Singing in the Rain”, y se encargan de que el esposo observe la violación de su mujer. Aquí sabemos que Alex es una persona que se siente superior a todos, y que tiene el poder suficiente sobre sus decisiones y sobre todo, de su vida. Su mismo deseo por ser el mejor lleva a la violencia incluso dentro de su circulo de amigos, haciéndolos dudar a ellos de su lealtad hacia tal líder, y son sus acciones que nos llevan al primer punto de giro.

Después de poner orden dentro de su grupo, volviéndose a coronar como líder, Alex se emprende en una nueva misión de atacar a un nuevo hogar, donde vive una señora sola con sus gatos. La idea propuesta por uno de sus amigos comienza en acción con el líder entrando primero, ocasionando sus disturbios de siempre, pero esta vez causando daños irreparables. A la hora de querer escapar antes de la aparición de la policía, sus amigos lo traicionan golpeándolo con una botella en la cara, dejándolo en el suelo, siendo capturado por la policía.

En esta parte del segundo acto, Alex pasará por el proceso de sentencia tras el asesinato de una mujer, recibiendo 14 años de cárcel y comenzando su nuevo viaje. Su vida en la cárcel se contrastará con su pasado, pues por el exterior parecerá la persona más calmada del lugar, leyendo la biblia y ayudando al personal, sin embargo, Alex nos revelará lo que realmente pasa en su mente: un deseo por la violencia y el crimen que lo mantienen sano y vivo. Es aquí cuando Alex se enterará del nuevo programa creado por el gobierno, en donde a través de experimentos buscan erradicar la violencia, y al cual Alex terminará uniéndose.

Los experimentos comienzan, Alex es trasladado y puesto a prueba a una serie de eventos que llevan al límite su cordura, donde con una droga en su sistema lo fuerzan a ver imágenes violentas, con las cuales comenzará a sentirse asqueado.

Como midpoint de la historia tenemos la presentación de los resultados de dicho experimento, los cuales serán un éxito, pues Alex no levanta un solo dedo ni para defenderse, por su mismo deseo de no sentir más la repulsión causada. Aquí nos cuestionaremos como espectadores si las acciones de dicho experimento son las correctas, pues no hay libre albedrío. ¿Es mejor ser malo por decisión propia, o ser bueno porque nos obligan?

Tras el exitoso resultado, Alex queda libre y es regresado a la sociedad. Sin embargo, las cosas comienzan a salir mal, pues el nuevo mundo al que es arrojado ha cambiado, o al menos ya no es el mismo para la nueva forma de ser de Alex, poniéndolo dentro de conflictos de los que no podrá defenderse. Sus víctimas volverán a su vida y se vengaran de diferentes maneras lastimando al pobre y nuevo Alex DeLarge.

Entonces llegamos a nuestro segundo plot de la historia que nos lanza al tercer acto. Alex está gravemente herido, y por coincidencias del destino (porque todo se regresa según la filosofía de la historia) Alex llega pidiendo ayuda a “casa”. A primera vista, el hombre escritor a quien conocimos anteriormente, que se encuentra en una silla de ruedas ahora, no reconoce a su viejo atacante y decide ayudarlo por unas no tan correctas razones. Pero mientras Alex goza de un baño y canta “Singing in the rain”, el viejo hombre lo reconoce y su razones se desvían.

El hombre vengará la muerte de su esposa, y torturá a Alex con la ayuda de este nuevo experimento, llevando a Alex a arrojarse por la ventana. Pero no hay de que preocuparnos, porque nuestro querido y fascinante Alex sobrevive e incluso se nos presenta que ha vuelto a ser el mismo sociópata de antes.

“¡Un brillante y peligroso trabajo!”

Una de las cosas que más capturo a Kubrick fue el mismo personaje de Alex, un psicópata humano que fascino y horrorizo a todos.  La historia está llena de criticas sociales y morales, e incluso de temas psicológicos encargados de generar preguntas éticas.

Stanley Kubrick evita dejárnosla fácil, evitando contestarnos con la respuesta que queremos escuchar, recordándonos lo que somos como sociedad, dándonos una liberación catártica y  un final muy oscuro, pues no podemos negar que fue un alivio que Alex volviera a ser el mismo.

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