Lee el guion de A Nightmare on Elm Street

Por Daniela Guivini Salgado

“♪One, Two, Freddy’s Coming For You
Three, Four, Better Lock Your Door
Five, Six, Grab A Crucifix
Nine, Ten, Never Sleep Again ♪”

En 1984 la productora New Line Cinema se recupera de una muy mala racha económica con el lanzamiento de “A Nightmare on Elm Street”, un filme que se volvió un clásico instantáneo de la década. Bajo la dirección y el guion de Wes Craven (1939-2015) se le dio vida al ahora icónico villano del cine de terror “Freddy Krueger”, este tuvo un impacto masivo en la cultura pop y, en los años posteriores ha sido referenciado incontables veces, homenajeado de muy diversas maneras e incluso, parodiado.

Al lado de “Halloween” (1978) de John Carpenter y “Friday the 13th” (1980) de Sean S. Cunningham esta fue una de las películas pioneras del subgénero slasher, caracterizado por sus ingredientes tan puntuales como: el asesino psicópata y vengativo, cuyas armas suelen ser herramientas punzo cortantes; las víctimas adolescentes (en su mayoría mujeres), la conexión de estas víctimas con una vida sexual “precoz” o el consumo de estupefacientes y padres/tutores/adultos ausentes o descuidados.

La película va de un grupo de amigos de secundaria a quienes Freddy Krueger, un asesino de niños ya fallecido, los acecha en sus sueños. Busca asesinarlos en venganza a sus padres, quienes lo mataron años antes quemándolo vivo, ya que la respuesta de la justicia ante sus crímenes contra menores fue negligente.

Craven plasma de forma bastante efectiva este limbo entre lo que consideramos real y el extenso universo onírico que todos poseemos. Conforme avanza la historia los límites entre estos se vuelven más y más borrosos hasta el punto total de incertidumbre y, de hecho, temáticamente, también es algo que el autor denota bastante, la impotencia y frustración de los padres, que, aunque lo intentan no logran discernir como proteger a sus hijos de un peligro tan etéreo y menos en un estado tan vulnerable como lo es el inconsciente durante el sueño. Y esto puede tener capas de interpretaciones; primero, tomando en cuenta que cuando la película salió fue bajo el contexto del cine de explotación por lo que hace mucho sentido que estás temáticas estén permeadas de lo socialmente inaceptable como: la sexualidad, la violencia y el erotismo. Ante esto, por un lado, está el profundo miedo de sus padres de no poder protegerlos de sus propias mentes o, viéndolo con tintes freudianos, de sus propios deseos reprimidos.

La narrativa está cargada de ese tipo de subtexto que contiene bastante simbolismo sexual, tal como la famosa escena de las garras de Krueger apareciendo entre las piernas de Nancy mientras está en la bañera o, el asesinato post coito de Tina. Es una aproximación que constantemente relaciona la conexión entre la violencia y el erotismo. La forma en que la sociedad percibe estos temas políticamente incorrectos con prejuicios moralinos y las consecuencias que esto puede acarrear, evidentemente hiperbolizadas.

En resumen, la narrativa refleja una perspectiva interesante de la “pérdida de la inocencia” a temprana edad, de la complejidad de la etapa de desapego entre padres e hijos que conlleva el camino a la madurez y el contraste entre si es preferible cuidarlos de vivir experiencias y orillarlos a buscarlas en lugares indeseables y en consecuencia, perderlos sin verlos crecer en absoluto. Con ello volvemos a Freud, que según su libro “Interpretación de los Sueños” la ansiedad que provocan los deseos reprimidos se terminan convirtiendo en pesadillas dolorosas.

Los efectos especiales son también todo un tema; para la época, el humor satírico de Wes frente a los clichés y el bajo presupuesto que manejó el filme claramente la vuelven una referencia imperdible, que ahora podría parecer aún más cómica, pero, siempre será merecedora de reconocimiento.

Desde la habitación giratoria de Tina para que durante su asesinato pudiera rodar por el techo y las paredes, hasta el imponente géiser de sangre en el asesinato de Glen después de ser succionado por su propia cama. Curiosamente, este es el mismo set de la habitación de Tina (Amanda Wyss), pero decorado al revés. Es una escena para la que el departamento de Arte utilizó 1,892 litros de sangre falsa. También cabe recalcar que esta es la primera aparición de Johnny Deep en pantalla grande, justamente interpretando al novio de Nancy (Heather Langenkamp), Glen.

Craven, antes de dedicarse plenamente al cine, estudió psicología y cursó una maestría en filosofía y escritura literaria, también inició con literatura inglesa, aunque no la terminó. En gran parte de su filmografía se refleja justamente está educación en su búsqueda como autor cinematográfico por su exploración de la naturaleza de lo real. Entre sus películas relevantes se encuentran “The Last House on the Left” (1972), “The Hills Have Eyes” (1977) y la reconocida franquicia “Scream” (1996-2015).

Finalmente, me gustaría agregar que para esta película Wes utilizó muchas experiencias personales. Krueger es nombrado así por su bully de la infancia y la idea fundamental de la historia basada en los sueños viene de artículos periodísticos sobre un grupo de niños refugiados por el genocidio en Camboya que tras sufrir pesadillas vívidas fallecieron mientras dormían (fenómeno al que se le denomino “Síndrome de la muerte asiática” o “Síndrome de muerte súbita inexplicable”). Además de la evidente paranoia colectiva que se vivió en aquel entonces con la abducción de menores, así como, su influencia por el cine de Ingmar Bergman y Federico Fellini.

El mensaje que buscaba transmitir era que uno crea su propia realidad que, si se desea, se puede encontrar un balance y control. Antes de que el estudio le pidiera un final abierto para las posibles secuelas (cosa con la que no estaba de acuerdo), quería plasmar que de lo que ocurre en tu mente solo te puede lastimar lo que permites que te lastime.

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@EscribeCine