Lee el guion de Babadook 

Por Abraham Jaime Villavicencio

Debutar con una película capaz de hacerte entrar por la puerta grande a un medio sumamente competitivo, explorando un género concurrido y hacerlo de manera independiente, es una hazaña digna de elogio. En el 2014, Jennifer Kent lo logró con su ambiciosa cinta de horror titulada The Babadook.

Jennifer Kent es una guionista, directora y actriz australiana. Antes de estrenar su sobresaliente opera prima, trabajó como actriz en proyectos menores. Hasta el año 2005 escribió y dirigió Monster, un cortometraje que le serviría para catapultar su carrera. Aparte de dirigir y escribir la cinta que nos atañe el día de hoy, en 2018 estrenó The Nightingale, una película con la que se posicionó como una de las exponentes más atrevidas del género.

El concepto bajo el que se concibió el guion de The Babadook es de lo más sencillo. En términos generales, es una historia de terror psicológico acerca de una madre viuda que es poseída por un demonio que la fuerza a asesinar a su hijo pequeño. Lo que nos lleva a la parte más interesante del guion. Como convertir una idea tan anodina, en un entramado complejo construido a partir de traumas agobiantes, pensamientos suprimidos y miedos infantiles.

La decisión de emplear un manejo minimalista del horror sirve para resaltar lo verdaderamente importante del guion. El drama familiar retratado a partir de una madre enviudada que, interiormente, se resiste a amar a su hijo y como, a pesar de su reticencia a sentir aprecio por él, hace todo lo que está en sus manos para ser una buena madre. Esta contradicción es la que sostiene toda la historia y la que le da vida al monstruo hostigador.

El niño no le hace fácil el trabajo a su madre. El miedo de dar a luz a un hijo irremediablemente insoportable cobra forma y es llevado al extremo. Inconscientemente, esto es lo que nos lleva a sentir empatía por la protagonista. Es un elemento ejemplar de como conseguir que un personaje con actitudes negativas y reprochables se las apañe para hacernos estar de su lado.

Para cuando empieza la narración, la madre ya desciende por una lenta espiral que la lleva inmensurablemente hacia la locura. Dicho descenso, es acelerado por la aparición de un extraño libro en el cuarto de su hijo. El libro funge como heraldo del aterrador personaje conocido como Babadook. ¿De dónde salió el libro? Es una incógnita que no resuelve de manera evidente en el guion, pero que, si prestas atención y llegas a entender el verdadero significado de la historia, puedes llegar a una respuesta acertada y reveladora.

El libro recalca que una vez que dejes entrar al monstruo no te puedes deshacer de él y a partir de ese momento, la vida, ya de por sí problemática de ambos personajes, se vuelve patas para arribar. El niño aparte de insoportable se vuelve violento y errático. La madre pierde la paciencia en su totalidad y expresa abiertamente el odio que siente por su hijo. Un gesto que comunica que el monstruo ya se coló en la mente de la afligida madre.

Aunque al principio la madre nos transmita la sensación de ser una persona atormentada y con una honda tristeza, conforme la narración avanza nos hace sentir aterrorizados. Su actitud cambia a tal punto en el que ella se convierte en la verdadera amenaza del hogar. Esta sensación cobra sentido en el momento en que el demonio la posee y la hace iniciar una cacería para atrapar a su hijo.

Los elementos sobrenaturales están muy bien, pero el verdadero núcleo de la historia es la que la hace brillar. Después de todo Babadook, no es más que la manifestación física de los pensamientos reprimidos por parte de la madre y las experiencias traumáticas que no ha podido superar. El niño expresa constantemente preocupación por el bienestar de su madre y aunque en el guion sea por este ser sobrenatural que los acecha, en realidad se refiere a su salud mental. Toda la obra es una metáfora aterradora de los estragos que la represión puede dejar en los seres humanos.

Aquí es cuando el origen del libro cobra vital importancia. Para abordar este tema, es necesario comprender que esta información no es dada a cucharadas. Se le confiere una responsabilidad al lector y al espectador para indagar en la historia y llegar a la conclusión acertada. Las pistas son pocas, lo cual no hace más que dificultar la búsqueda. Lo primero a tomar en cuenta es la inestabilidad mental de la madre. Lo segundo es el formato infantil del libro. Y, por último, en un diálogo aparentemente gratuito, se revela que la madre escribía cuentos infantiles. Todo eso quiere decir que la madre es la causa de que aquel ser terrorífico ande merodeando en sus vidas. Planteado de esa manera es muy fácil llegar a esa respuesta, pero dentro de la estructura de la obra requiere mayor esfuerzo detectar las pistas.

El origen del libro se mantiene oculto, porque al final del día las convenciones del género indican que la amenaza sobrenatural tiene que ser externa. Sin embargo, la incorporación de pistas que nos hacen llegar a la verdad es aprovechada para entender lo que la obra quiso decir y llegar a una interpretación más cercana de la misma.

Al final del guion la presencia del monstruo sigue anclada a la familia, pero está encerrado en el sótano. Una metáfora que invita al público a aprender a vivir con sus demonios internos y no permitir que controlen su vida. El guion termina con una imagen hermosa, en la que madre e hijo disfrutan de su rehabilitación con una merienda en el patio de su casa.

The Babadook es más que una historia de horror. Es un drama familiar en el que el elemento sobrenatural no es más que una abstracción encarnada del monstruo que habita en las profundidades del alma de la madre. Un monstruo que todos tenemos dentro, esperando el momento oportuno para salir.

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