Una gran idea

¿Estás pensando en ideas para historias todos los días? No estás loco ni tampoco morirás sin encontrar aquella idea que valga la pena perseguir. 

La mejor manera de llegar a una buena idea es generar muchas de ellas, eso significa que nos cruzaremos con muchas ideas que no son buenas. 

Lo que es seguro, es que no podemos pasarnos el día pensando en tener esa gran idea, las historias no funcionan de ese modo y tampoco el oficio de escritor.

Si queremos comenzar a escribir debemos hacerlo sin pensar si es bueno o malo aquello que nos inquieta y que anda rondando nuestra mente. Debemos sentarnos y ponernos a escribir, leer y ver si funciona o si nos llevó a descubrir algún otro lugar que no habíamos pensado.

Las ideas irrumpen en nuestra conciencia, aparentemente de la nada. Si seguimos nuestro proceso creativo, es probable que tengamos muchas otras ideas, situaciones o personajes que se nos hayan presentado en las últimas semanas y meses, pero por alguna razón a ninguna nos interoperatividades lo suficiente como para trabajar con ella. No es que fueran malas, son destellos que están trabajando para construir aquello que realmente estás buscando. 

No hay ideas inútiles, cada una es parte de un proceso creativo general y continuo. Ese proceso puede ser tortuoso, desordenado y desordenado, pero cada idea es un testimonio de tu esfuerzo por generar una historia.

Simplemente debemos proponer ideas y ver qué pasa. Seguirlas o dejarlas ir, pero nunca dejar de generarlas. 

¿Como hacer eso?

Quizás la clave más grande es hacerte la pregunta: ¿Qué pasa si?

Tener un diario, leer, cocinar, platicar con tu tía o tu hermana.

Escuchar música.

Deja que tu inconsciente juegue un poco y comience a encontrar historias para que germine esa gran idea que te mantenga aferrado a ella hasta contarla.

¿Qué ideas nuevas tienes hoy?

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