Lee el guion de El laberinto del fauno

Por Daniela Guivini Salgado Correa

Una película que no necesita mucha introducción es “El laberinto del fauno”, la producción México-española que el querido y talentoso tapatío, Guillermo del Toro dirigió, escribió y produjo; llegando a la pantalla grande en el año 2006. Obtuvo seis nominaciones en los premios Oscar siendo la representante de México en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera, se hizo acreedora de tres premios: Mejor Cinematografía, Mejor Dirección Artística y Mejor Maquillaje. Lamentablemente, Del Toro no obtendría el premio a Mejor Guion Original, pero el tiempo mostraría el enorme impacto que tendrían las historias de este gran autor.  Sus nominaciones en otros eventos como los Goya, los Globos de Oro, los BAFTA y los Ariel (12 nominaciones de las que obtuvo 10, entre las cuales están “Mejor Película” y “Mejor Dirección”) elevarían su premiación internacional a más de 70 reconocimientos.  

En la lectura de este hermoso y misterioso guion se puede apreciar el tipo de trabajo minucioso y perfeccionista que caracteriza a este cineasta. La enorme dedicación y amor de sus argumentos con tintes oscuros y quiméricos, desde películas como “Cronos” (1993), “El Espinazo del Diablo” (2001), “Hellboy” (2004) hasta “La Forma del Agua” (2017)Su discurso es reconocible en cada secuencia, identificando temáticas respecto a la discriminación como el físico, el género, la sexualidad, el estatus social o una discapacidad; con una arena dramática de alegorías dentro del universo de fantasía, extrapolándolas a representaciones físicas y muy visuales del miedo, el horror, el folklore y lo socialmente inaceptable.

En este proyecto, el cofundador del Festival de Cine de Guadalajara, director del programa de TV. “Hora Marcada” (1988-1989) y creador de la productora Tequila Gang, nos regala la historia de la pequeña Ofelia (Ivana Baquero) quien durante la guerra civil española se muda con su madre a la campiña junto a su ahora padrastro, el frío y sádico capitán franquista, Vidal (Sergi López). En medio de los traumáticos estragos de una guerra, Ofelia intenta cumplir misiones para ayudar a su delicada madre embarazada y lograr volver a su mundo idílico donde es una princesa. Un mundo fantástico donde habitan hadas y el imponente y místico Fauno (Doug Jones). 

Los horrores de la guerra y el fascismo siempre han dado mucho material para todo tipo de historias. Aquí la perspectiva es de una niña, por lo que es inocente y nos muestra un procesamiento de traumas muy distinto al de un adulto. Se pierden muchas cosas cuando se es mayor: la capacidad de asombro, experimentar magia en las pequeñas y grandes cosas, la curiosidad incesante, el amor inocente y mucha capacidad de imaginación. De forma un tanto desgarradora, este filme muestra cómo toda esa pureza y belleza que guarda la mente de un niño puede sobrevivir a pesar de un contexto tan hostil. 

Una película que deja un sabor de boca agridulce. La guerra no tiene puntos intermedios, no tiene piedad por nadie y Del Toro, con su maestría para manejar la fantasía, nos lo demuestra de una manera cruda, progresiva, fascinante y llena de maravillas extrañas. Te comprometes por los personajes y su mundo particular, deseando que logren salir del infierno que es su realidad, por ello es tan efectivo que la muestre con líneas narrativas paralelas, la del mundo fantástico y la de la cruel verdad tridimensional, agregando justo la perfecta dosis de ambigüedad entre una y otra, que hace reflexionar al espectador. 

Revisitar esta película es básicamente una clase de guion, te permite apreciar la construcción de personajes, la creación de macro y micro universos, el manejo del ritmo, uso de las siembras, el empleo de beats de acción; toda su estructura en general es un gran ejercicio de disección si a uno le interesa el desarrollo de un argumento cimentado, además del simple deleite que siempre es leer, ver o escuchar una buena historia. 

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@EscribeCine