Lee el guion de Good night, and Good luck. 

Por Abraham Jaime Villavicencio

Uno de los valores de mayor relevancia que atañen al periodismo es el de la honestidad. El buen periodista siempre lucha por hacerle honor a la verdad, sin importarle que para lograrlo tenga que desafiar a corporaciones poderosas o a políticos corruptos. Grant Heslov y George Clooney escribieron un guion sobre la riña que sostuvo el periodista Edward R. Murrow con el senador Joseph McCarthy.

Tanto Gant Heslov como George Clooney ostentan una larga y polifacética carrera en la industria fílmica. Ambos son actores, productores, directores y guionistas. Juntos han hecho mancuerna en más de un proyecto y fundaron una compañía nombrada Smoke House. The ideas of March (2011), The monuments men (2014) y Suburbicon (2017) conforman su filmografía total como colaboradores. Eso sin mencionar la película concerniente de este artículo Good night, and good luck (2005).

El guion está basado en hechos reales y el marco histórico en el que se sitúa es el del enfrentamiento político conocido como La guerra fría. En estados unidos, el senador Joseph McCarthy emprende una cacería de brujas con objetivo de señalar supuestos comunistas. Ante esto, el periodista Edward R. Murrow se percata de la falta de pruebas con las que el senador lanza sus acusaciones y los confronta abiertamente cuestionando su criterio en televisión nacional.

La historia es precedida por un discurso admonitorio con el que Edward R. Murrow amonesta a los asistentes de una ceremonia celebrada por la Asociación de Directores de Radio y Noticias de Televisión, y los exhorta a luchar contra la censura política, para poder usar de manera adecuada, honesta y justa el potencial de la televisión. Es un discurso con el que los escritores interpelan a todas las personas cuya profesión demanda una responsabilidad legitima para con el espectador.

A mitad del discurso, la historia da un paso al frente y se comienza a desarrollar. No es una introducción suave, más bien es como un clavado. El guion no espera a nadie y para cuando empieza la narración, las cosas ya están en marcha. Por medio de diálogos se revela que la lucha entre Edward y el senador ya lleva rato librándose y se vuelve evidente que el golpe planeado por el equipo del protagonista ya está planeado.

El guion empieza In media res y, a pesar de ser un recurso altamente arriesgado, en este caso es manejado con tanta pericia que en ningún momento se vuelve confuso. Es intrigante y como gancho funciona a la perfección. Naturalmente, esto genera muchas preguntas en el espectador, pero son preguntas que con un poco de paciencia se contestan de forma satisfactoria.

Edward R. Murrow hace gala de ser el personaje central del guion, pero se trata de una obra medianamente coral. Su equipo está engrosado por un largo número de personas. Unas tienen más relevancia que otras y son pocas las que tienen un papel importante en la trama. Sin embargo, las pocas personas que destacan tienen una caracterización sobresaliente. Algunos autores tienden a tratar con menos cuidado a sus personajes secundarios y es un deleite toparse con películas que no pecan de esto.

A medida que avanza el guion la lucha se va habiendo más afanosa. Los patrocinadores del programa se echan para atrás y el jefe de la compañía amenaza con tomar acciones drásticas si no se cambia el giro del programa. A pesar de eso, Edward y su equipo no se rinde y muestran firmeza avasalladora.

La sensación de camadería que logran los autores entre los integrantes del equipo de Edward es de lo mejor logrado. Ver como todos y cada uno de ellos están dispuestos a enfrentar las consecuencias de su confrontación política es de lo más conmovedor. Ver la tenacidad y temeridad con la que enfrentan los resultados de sus actos es alentador, porque las consecuencias que acarrean ese tipo de acciones pueden llegar a ser verdaderamente severas y, como se probo con uno de los personajes, mortales.

Como se puede percibir en el contenido del guion, el título de la obra hace alusión a la frase con la que Edward R. Murrow despedía sus programas. Una frase tan memorable que hubiera sido un total desperdicio no usarla como título.

La película tiene ya varios años de antigüedad, pero se trata de una cinta con vigencia en la actualidad y de la que me aventuro a decir que no tiene fecha de caducidad. No es ningún secreto que, en la mayoría de los casos, los líderes políticos controlan la información que se filtra en los noticieros. La lucha de los periodistas contra la censura cuenta con un largo antecedente y es bueno contar con historias que animan continuar con la contienda para eliminar la censura.

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