Consejos para escribir el tercer acto

Un primer acto excepcional, un segundo acto aceptable y un tercer acto horrible, es la receta secreta de la gran mayoría de nuestros guiones. Partimos teniendo un arranque de inspiración que nos llevó a una buena premisa, que luego se expandió en una historia cautivadora que fluyó desde nuestra conciencia a la página. Pasamos semanas llenas de entusiasmo por nuestra nueva gran idea. Todo marcha tan bien, que nos sentamos a escribir.

Después, viene el golpe. Cuando llegamos al tercer acto ya no tenemos la energía ni los sesos para el tercer acto. El problema no son la falta de vitaminas o aumento, la respuesta es estructura. En algún lugar entre una premisa increíble y escenas impactantes, hemos descuidado la estructura del guion.

Aquí te compartimos tres consejos para evitar el temido tercer acto: 

Recuerda la estructura del tercer acto: el protagonista se encuentra con el monstruo (villano), hay una gran lucha de acción en la que nuestro héroe casi parece perdido, y luego supera sus obstáculos en los momentos finales.  

Revisa tu primer acto: debes asegurarte de que tengas algunas minas que pueda estallar en tu tercer acto. Si el tercer acto no está conectando, es por algo que no se está entrelazando desde el primer acto. Mucho de esto también se puede evitar con una escaleta. Termina el tercer acto, incluso si es horrible, luego vuelve al primer acto y comienza a darle a tu historia la reescritura que necesita para conectar con tu final.

Deja algo para final. No regales todas tus grandes secuencias en tus dos primeros actos, sin dejar de aumentar las apuestas hasta el final. El hecho de que la película esté terminando no significa que tengas que quitar el pie del acelerador. Continúa arrastrando a tu protagonista por el lodo hasta los momentos finales. Este es el momento en que se junta toda la sangre, el sudor y las lágrimas para poder sobrevivir.

Si apenas tienes esa idea en la cabeza y no te has atrevido a sentarte y escribir, piensa en tu final y escríbelo. La gran mayoría de las veces, una película mediocre puede salvarse con un buen final. 

¿Recuerdas algún tercer acto que te haya volado la cabeza? Comparte en los comentarios.

@EscribeCine