Documental: El susto

Por Abraham Jaime Villavicencio

La diabetes es una enfermedad tan común en México que en más de una familia ya es parte de su ecosistema. No hace falta más que prestar atención al mundo que nos rodea para darnos cuenta de su extenso y poderoso dominio. En México, las muertes por esta enfermedad ascienden a más de 12 millones de personas. No es una cifra que deba de tomarse a la ligera y sin embargo es un problema que no tienen la atención requerida. Con el motivo de colocar a esta problemática en el ojo de los mexicanos, la directora oriunda de Texas, Karen Akins, realizó un documental sobre el tema, en el que explora su origen y los agentes involucrados.

El documental lleva como nombre “El susto” y fue estrenado el pasado miércoles 19 de agosto. En él se expone el papel de los alimentos procesados, más concretamente el del refresco, en la epidemia de diabetes que asola a México. La película presenta diversas aristas del problema tales como la falta de acciones para erradicar la enfermedad por parte de los organismos gubernamentales y la agorera participación de las empresas carentes de escrúpulos.

Las fuentes sobre las que se sustenta son variadas. Queda patente que hay un profundo dominio del tema y que hubo una exhaustiva investigación sobre la cultura mexicana. Como marco temporal, la directora se vale de las fechas cercanas al día de muertos para enfatizar el número de víctimas mortales. Es un recurso brillante con el que el documental conecta de forma, rápida, sólida y contundente con el mexicano al que va dirigido.

Es muy interesante el significado que se da al termino que le da nombre a la cinta “el susto”. No es una definición que se puede encontrar en el diccionario, pero que en la memoria colectiva del país es un concepto presente, por decir poco. De él se tiene la falsa concepción de ser el causante de diabetes y supone una vía de escape para quien no este dispuesto a enfrentar la realidad. La dureza con la que el documental lo asevera da la impresión de ser un furibundo llamado a atacar al problema.

La participación de doctores y activistas en el documental es fundamental para entender la seriedad del problema y son los responsables de disparar los datos duros a la audiencia. Las experiencias que relatan los activistas en su constante lucha contra las grandes corporaciones es uno de los puntos a los que se les debe de poner especial atención.

En ellos se hace un listado de las técnicas a las que recurren las empresas para desacreditar a los que promueven la reflexión pública y como, en casos en extremo severos y desesperados, manipulan a la población para que luche en el frente por ellos. Son técnicas despiadadas que ayudan a remover el velo con el que muchos mexicanos se cubren los ojos.

Cómo pieza que busca promover buenos hábitos alimenticios es sumamente efectiva. No tiene reparos en mencionar nombres de empresa o de personas. El documental hace un alarde de bravura en el que confronta y señala a todos los implicados en propagar la enfermedad. Eso sin duda le atribuye cualidades dignas de ser alabadas. Dicho todo lo anterior, es indispensable ponerles este documental a seres cercanos a nuestros círculos sociales para hacerles ver la realidad y las consecuencias de lo que consumen.

El documental está disponible en Vimeo para ser alquilado por el módico precio de cinco dólares. Verlo en una inversión que con suerte repercutirá en la salud de la población.

Síguenos en @EscribeCine