En busca de tu próxima historia 

Siempre estamos en busca de nuevas ideas, personajes y situaciones que sean lo suficientemente apasionantes y en última instancia, dignas de contarse.  Escribir un guion es un compromiso personal serio y uno quiere que sea un proceso satisfactorio, conduzca o no al éxito comercial. Ahora, el proceso de elegir una historia no es tarea fácil.

Aqui te compartimos algunas estrategias que pudieran ayudarte a encontrar esa próxima historia. 

1. Registra cada idea. En un cuaderno de trabajo físico o digital intenta escribir todos los días, puede ser desde un artículo, un recuerdo, una línea de diálogo que escuchaste, una historia que te contaron, un sueño. Realmente, cualquier cosa que te atraiga. Recopilar buenas ideas para historias es un oficio en el que podrías mejorar con la práctica. Al revisarlos periódicamente, puedes identificar qué ideas aún resuenan. Es fácil emocionarse con una idea cuando la tienes por primera vez, y si esa emoción no desaparece cuando la vuelves a visitar, vale la pena seguir la idea. Incluso puedes mantener una lista de las diez mejores ideas en constante evolución en tus notas. Otro beneficio de hacer esto es que cuando necesitas crear una nueva historia en un período de tiempo corto, tener un “arsenal de ideas” te pone en una gran ventaja.

2. Identifica el problema dramático. Ahora que tienes una idea para una historia, ¿cómo sabes si funcionará? Lo primero que debes identificar es si tiene un personaje con un problema dramático. Un problema dramático es algo que hace que el público se preocupe por el protagonista, te hace temer por su alma, su vida o bienestar. Te hace sentir que si el problema que se presenta no se resuelve en el segundo acto, entonces este personaje sufrirá física o emocionalmente. Estos problemas pueden ser internos, externos o ambos. Cada momento de tu guion está profundamente entrelazado con el problema dramático de tu personaje y, si crees que el drama tiene que ver con el cambio o la falta de él, lo que está cambiando es este problema dramático.

Identifica el punto de partida del guion como el problema dramático del personaje y el punto final como si ha cambiado o no, entre estos puntos está el segundo acto que trata sobre las fuerzas, los eventos, el diálogo, las relaciones que fuerzan el cambio en el personaje. Si no tienes un problema dramático, ¿cómo escribes otra cosa? Identificar el problema dramático es donde comienza todo, es la clave para escribir el guion hasta el tercer acto.

3. Cuenta una historia auténtica. Si ya tenemos una idea para una historia, lo siguiente es poder contarla de manera convincente y auténtica. Lo que debes hacer es evaluar las historias que te resuenan profundamente. Busca historias que te obsesionen, inspiren o reflejen lo que piensas, te perturba, sobre lo que amas, mundos o personas que ya conoces. No tengas miedo de ser demasiado autobiográfico, es crucial superar el miedo a revelar demasiado de uno mismo porque cuando los escritores escriben lo que saben, elevan su escritura. Te ayuda a descubrir tu voz. Hace que tu escritura sea más poderosa, más original. Una trampa particular es escribir piezas de género, porque generalmente estás tratando de protegerte a ti mismo. Se cree que la fórmula del género ayudará a armar una trama aceptable y lo que normalmente termina es algo bastante vacío, con clichés, tramas vacías, personajes planos y diálogos aburridos. Otro error es escribir desde un lugar de inseguridad, tratando de crear lo que crees se venderá frente a lo que es significativo para ti, esto hace que tu escritura se convierta en algo que todo el mundo ha visto antes, provocando que se sienta poco auténtica y rígida. 

Encontrar conexiones autobiográficas con la historia en la que estas trabajando es una forma eficaz de escribir desde un lugar de autenticidad. Sin embargo, esto no tiene por qué significar solo escribir sobre las cosas que te sucedieron en un sentido literal. Las necesidades de la historia provocarán que escribas cosas que en la vida real nunca sucedieron. 

4. Investiga. Si no está escribiendo algo con ningún vínculo autobiográfico, ¿cómo puede hacer que tenga esa misma autenticidad cautivadora? La respuesta: investigando obsesivamente. Debes sentirte lo suficientemente seguro de que conoces al personaje como para que tu imaginación pueda hacerse cargo. Lee entrevistas, libros, novelas, artículos o visita el lugar donde sucederá la acción, tu trabajo radicará en conocer por completo el contexto y personaje del que quieres hablar. 

5. La prueba de fuego.  Debes dar a conocer tus ideas al mundo. Puede ser desde una pequeña sinopsis informal que compartas con un grupo de amigos que saben de guion y que te puedan ayudar a descubrir si tienes una idea que vale la pena seguir. En esta sinopsis informal, cuida el describir cuál es el problema dramático, cuál es la tensión del segundo acto, cuál es el tic-tac del reloj y el tipo de obstáculos a los que se va a enfrentar el personaje. Es importante tener en cuenta que es posible que seamos la única persona que realmente pueda visualizar la idea y que otros no la comprendan completamente hasta que la vean, por lo que puedes usar música e imágenes para hacer que tu idea se sienta totalmente identificable cuando la describas.

Tu prueba de fuego también podría ser personal. Una cosa es creer que la idea es una historia apasionante que contar; sin embargo, otra es querer realmente contarlo. Piensa, si muero en medio del proceso de elaboración, ¿vale la pena? ¿cuál será la experiencia personal de esto? Si vas a sufrir durante el proceso y tener una experiencia de mierda, realmente no vale la pena. 

Ya sea que tu prueba de fuego sea comunitaria o personal, una vez que la hayas ejecutado y te sientas conectado y comprometido, podrás avanzar en el viaje de la escritura del guion.

Esperamos que tu propio proceso encuentres las historias con las que estes dispuesto a casarte, comprometerte y enamorarte. 

Siempre puedes invitarnos un café o dejarnos un comentario.

@EscribeCine