Lee el guion de Battle of the sexes. 

Por Daniela Guivini Salgado Correa

“A menudo me preguntan si soy mujer o deportista. La pregunta es absurda. A los hombres no se les pregunta eso. Soy un atleta. Soy una mujer” Billie Jean King

Este filme estadounidense de 2017 escrito por el guionista británico Simon Beaufoy quien previamente nos regaló la multipremiada Slumdog Millionaire fue dirigido por Valerie Faris y Jonathan Dayton quienes anteriormente se llevaron dos Oscar a casa por Little Miss Sunshine. Esta vez, salieron del estilo “indie” y plasmaron en la pantalla grande la historia basada en hechos reales sobre el histórico partido de tenis entre la renombrada deportista y activista Billie Jean King y el carismático ex-campeón autoproclamado “male chauvinist pig”, Bobby Riggs en la que fue denominada “La Batalla de los Sexos”, evento que marcó un antes y un después en el deporte femenil y, que repercutió en diversos ámbitos sociales, principalmente en el de la lucha por paga igualitaria para las mujeres. La película obtuvo múltiples nominaciones en distintos festivales y premiaciones, entre las que destacan dos en los Globos de Oro por mejor actuación en comedia o musical para Emma Stone como Billie Jean y para Steve Carell como Bobby Riggs. Cabe recalcar que ese año el premio se lo llevaron James Franco en “The Disaster Artist” y Saoirse Ronan con “Lady Bird”, respectivamente. 

El contexto del filme nos sitúa en el año 1973, en una dramatización de los sucesos que llevaron a este encuentro entre gigantes y que, además, busca humanizar a estas dos figuras legendarias mostrándonos aspectos de su vida íntima, tales como el hecho de que Billie es queer y Bobby tiene serios problemas con las apuestas, así como las repercusiones que esto tiene en sus matrimonios, sus carreras y sus inestables lazos familiares.      

                     

Al leer el guion se puede apreciar que no llegaron al corte final ciertas escenas o incluso diálogos que volvían muy ilustrativos estos aspectos de sus vidas y provocaba que se sintieran forzados o, por otro lado, se les daba demasiado espacio en la narrativa desde el inicio dejando a un lado el conflicto principal y adelantándonos información que era mejor ir develando poco a poco para mantenernos interesados. Pero, esto se resuelve muy bien en pantalla, ya que desde el minuto tres somos introducidos al núcleo del conflicto de las fuerzas en oposición, así que, se convierte más en la exploración de ambos como individuos complejos con metas, particularidades y personalidades abismalmente distintas, que en el atajo fácil de la insidia y el fisgoneo. Por ello, la narrativa es muy dinámica, todo va en el orden de causa-efecto, no hay información innecesaria y esto vuelve el plot muy digerible para el público. Rápidamente se comprende que estamos desde el punto de vista de Billie, el por qué nos va a importar seguir su historia, cuál es su objetivo tangible y los posibles obstáculos que enfrentará para obtenerlo.

Una vez planteado esto se puede apreciar que el tipo de conflicto que se maneja a nivel externo es el de Hombre vs Sociedad, una que es severamente intolerante. Tanto Billie como Bobbie tienen que atravesar estereotipos y prejuicios de género, orientación sexual y de edad. Y está muy equilibrado porque la película nunca intenta demonizar a Bobby, el antagonista; de hecho, se hacen paralelismos entre él y Billie. Es claro que sus razones para hacerse llamar “puerco machista” son de publicidad, alimentando a la estructura social que lo formó, a sabiendas de que esta está sedienta de polémica y como resultado se aprovecha de las circunstancias para su propio beneficio. Por otro lado, se agradece demasiado que no utilizaran el recurso de mujer contra mujer que ha sido tan replicado en Hollywood o incluso en contenido nacional y ha creado un estereotipo sumamente tóxico de que las mujeres siempre buscan sabotear a la otra. ¿Hay rivalidad en la película? Si, más no el trope absurdo de perjudicar a la otra para lograr lo que quieres y esto es muy notorio en la relación entre Billie Jean y Margaret Court, por ejemplo.

Es claro que los temas que se tocan tienen mucha relevancia actual, tanto en términos de feminismo como de derechos LGBTQ que han tomado un fuerte auge particular estos años con las redes sociales. Lamentablemente esta historia hace muchos paralelismos de patrones machistas y discriminatorios que grupos activistas están buscando visibilizar y erradicar hasta el día de hoy. Esto está muy bien logrado en la película ya que se presenta de la mano de los muy bien desarrollados personajes protagonistas, por lo que ya no solo es un discurso político, sino que crea un vínculo emotivo con el espectador, lo hace empatizar y/o identificarse. Esta herramienta puede ser ilustrativa, pero funciona para temas de esta índole, “controversiales”, y más cuando van dirigidos a un público en masa, así como también darles un tono heroico e inspirador, clásico del cine estadounidense. Incluso dentro de estos mismos puntos, cabe destacar que buscan introducir discretamente el del consentimiento, apuntando, justamente, a una audiencia joven. Esto es retratado en todo momento por la estilista y amante de Billie, Marilyn Barnett, interpretada por Andrea Riseborough. En cuanto a la relación entre ambas el tratamiento que se le dio es muy orgánico, va escalando proporcionalmente al avance de la trama y remarca un enorme contraste entre la forma en que interactúan la una con la otra, a la que proyectan los hombres hacia las mujeres durante los ciento veintiún minutos de duración de la película.

Finalmente me gustaría agregar que la experiencia de ver esta cinta ejemplifica muy claramente la frase “la realidad supera la ficción”. Al indagar cómo sucedió todo y el ambiente político y sociológico de los 70´s, lo que en el film parecería caricaturización está realmente demasiado apegado a la realidad; tal como que una compañía de cigarros patrocine a un grupo de tenistas de alto rendimiento o, que muchas veces se me hiciera  un nudo en el estómago con comentarios misóginos que creí demasiado evidentes y simplistas, pero que para mi sorpresa, en realidad cosas aún peores fueron dichas; como el quote de Bobby Riggs “la mejor forma de controlar a las mujeres es mantenerlas embarazadas y descalzas”. 

Así que, vale la pena ver esta película por la relevancia histórica del evento que plasma, para obtener una bocanada de inspiración rápida y pasar un buen rato entretenido mientras nos asomamos al microcosmos del deporte, que refleja el macrocosmos que es la realidad, como diría la gran Billie Jean King.

Lee el guion AQUI.

@EscribeCine