Lee el guion de 28 days later

Por Daniela Guivini Salgado Correa

Con la actual pandemia de COVID-19 y continuando con el espíritu spooky de la temporada, hoy hablaremos de una película que personifica el pánico colectivo que estamos viviendo desde hace ya meses. 

En 2002 se estrena el filme británico de Danny Boyle, “28 Days Later”, una obra de ciencia ficción que se funde delicadamente con el género de terror. Sabemos que normalmente las películas de estas características están fundamentadas bajo una importante carga política; suelen reflejar preocupaciones y/o miedos que aquejan a toda una sociedad respecto a su contexto y quizá, también la inevitabilidad de un posible futuro pernicioso. Tal como lo demuestran, por ejemplo: “Invasion of the Body Snatchers” (1956) de Don Siegel, muy importante dentro del cine B, fungiendo como alegoría de la paranoia por el comunismo o, por otro lado “They Live” de John Carpenter como crítica ante ideologías de corte democrático-capitalista. En el caso de este film, protagonizado por el talentoso actor de “Peaky Blinders”, Cillian Murphy; no se queda atrás respecto a estas particularidades. Solo que aquí, se hace una introspección más de tipo ontológica, ya que, su reflexión se centra en la exploración de la naturaleza de la rabia e ira humanas. Estas son representadas por el virus en cuestión, al que llaman “rage virus”; el cual en segundos contagia a quien entre en contacto con sangre contaminada y convierte a estos desafortunados -infectados- en caníbales violentos e insaciables.  

El guionista, Alex Garland posteriormente realizó trabajos con temáticas muy similares como lo son la multi nominada “Ex Machina” (2014) enfocada en los posibles “peligros” relacionales con la inteligencia artificial y “Annihilation” (2018), también un horror de ciencia ficción sobre un grupo de exploradores que entran a una zona en cuarentena causada por presencias alienígenas. Por otro lado, se complementa perfectamente con el estilo y las preocupaciones recurrentes sobre la violencia en el cine de Boyle, que, de hecho, suelen tener un corte un poco más social y realista, como es evidente en “Trainspotting” (1996), “Slumdog Millionaire” (2008) y “127 Hours” (2010).

El resultado de esta gran dupla guionista-director fue un éxito en taquilla y recibió elogios de la crítica. Desde el título, el suspenso está a la orden del día, ya que, el protagonista despierta de un coma justamente 28 días después del inicio de la devastadora pandemia en la isla británica; evidentemente sin conocimiento alguno de las circunstancias actuales y completamente solo. Lo que se convierte en un hook instantáneo para el espectador.

A pesar de que como publico sabemos qué fue lo que desencadenó todos los acontecimientos, nuestro interés se enfoca en el protagonista y su bienestar. Ahora la pantalla te tiene al borde de tu asiento necesitando que “Jim” entienda todo lo que ocurrió y logre sobrevivir. Por lo que la conexión con el público queda efectivamente establecida desde el inicio.

Pero más allá del simple, aunque muy útil, “que pasará” es muy interesante que toca cuestiones existenciales bastante contemporáneas. Va un paso más lejos de la adrenalina que inyecta el instinto de supervivencia. Plasma el peso moral de tener que asesinar para subsistir, el peligro de otros humanos queriendo imponer su voluntad a través del abuso de poder y, mi cuestionamiento favorito: ¿Qué significa vivir? Será ¿Conectar con otros seres humanos a un nivel trascendente?, ¿Estar con quien amas? o ¿Buscar incansablemente volver al statu quo para trabajar como esclavo de ti mismo y solo existir dentro de los parámetros del sistema impuesto?

Si bien esta no es una película que reinventa el subgénero de cine zombie (término bastante flexible) definitivamente lo revitalizó. Por supuesto que retoma ciertos elementos de otros filmes referencia como el clásico “Night of the Living Dead” (1968) del director George A. Romero, “Rabid” (1977) de Cronenberg, que se alinea mucho con el tema de la ira y/o rabia y “Re-Animator” (1985) de Stuart Gordon con la muy notoria incorporación del elemento científico. Entonces, gran parte de la importancia de este film radica justamente en lo mencionado anteriormente, este subgénero del terror estaba agonizante y llegó a darle una bocanada de aire fresco, lo que comprueba la idea de que “ya todo está hecho, lo único que marca una diferencia está en CÓMO se hace”. 

Desde las grandes actuaciones, el apocalíptico diseño de producción, su tono realista, hasta las impactantes visuales de un Londres completamente desierto y decadente es una delicia poder revisitar su guion para poder apreciar este gran resultado final.

Lee el guion AQUÍ. 

@EscribeCine