Lee el guion de Insidious

EL TONO

Te pasa que cuando recuerdas algo emocionante sonríes, o cuando tienes en la mente una situación difícil, a veces lloras o con algo incomodo, ¿haces caras de molestia? Todo es en base a experiencias que nos llevan a experimentar dichas emociones. Esto hace que nuestra vida sea distinta y cuando llegamos a contarlo, de acuerdo a nuestra forma de ser o personalidad, podemos transmitirlo, pero es aquí que puede variar y el receptor puede tener distintas versiones, todo por cómo contamos lo que sentimos.

Al momento de escribir, cada lector puede interpretar de distinta forma lo que lee y para encaminar a todos hacía lo que el guionista quiere transmitir, dependemos mucho del Tono en la obra y podemos recurrir a un excelente ejemplo en la obra “Insidious” por Leigh Whannell para identificar puntos clave al momento de comenzar nuestro trabajo, ya que es a lo largo del guion de Leigh que podemos comprender la importancia de este recurso para no desviarnos por otro camino. Antes de continuar, es importante comprender qué es el Tono para poder entender como Leigh lo introduce.

El Tono en una historia llega a ser sencillo al momento de definirlo, ya que podemos catalogarla al momento de decir si es alegre o triste, oscura o inquietante, y llegamos ahí gracias a lo que hemos percibido en ella, por cómo los personajes transmiten lo que están viviendo o cómo vemos ciertos entornos y atmósferas. A veces resulta más difícil construirlo porque cada personaje es único y cada mundo es muy amplio, pero gracias a un buen trabajo de composición, podemos llegar ahí sin preocuparnos en cómo el resto de la historia puede cuadrar. Por ello es muy importante el trabajo de cada personaje, conociéndolos bien y entender en que lugar se van a desenvolver.

Algo muy importantes es que no debemos confundir el Género con el Tono, ya que son dos elementos distintos que aportan a la historia y viven en armonía. Podemos separarlos muy fácil, gracias a que no decimos “Vi una película alegre”, sino que decimos, “Vi una comedia”. Para el caso del Tono, digamos que se relaciona con los sentidos, generando un sentimiento particular gracias a una referencia o un recuerdo.

Teniendo ya clara la diferencia, podemos trabajar por partes. Quisiera aquí hacer un paréntesis al decir que siempre es bueno separar tu historia por partes, haciendo una “Escaleta” ya que nos permite desmenuzar cada momento para darnos cuenta de qué cosas le hacen falta, qué cosas sobran, dónde podemos ampliar los tiempos o simplemente en qué punto necesitamos comenzar de nuevo. Es un tema muy importante que podemos retomar en otro momento, pero desde ahora puedes tenerlo en tu lista al momento de comenzar a escribir.

Gracias a esta introducción, podemos hablar con más detalles de lo que aprendemos en el guion de Leigh. A lo largo de su obra, vemos cómo en las descripciones introduce elementos que nos hacen sentir. Esto se logra describiendo el lugar y los momentos con detalles necesarios para el personaje. Ojo, no podemos caer en el exceso Literario, porque no estamos escribiendo un libro, debemos ser específicos con las acciones y descripciones para que el actor sepa cómo moverse en la historia.

De momentos Leigh sí hace referencias adicionales siendo literario, pero son las mínimas, ya que éstas ayudan en parte al actor a comprender el entorno, de hecho, éstas ayudan mucho a otros dos departamentos como lo son la fotografía y el diseño de producción para llegar a los elementos que necesita el espectador ver y cómo lo va a ver. Un dato que destacamos es la constante de Leigh poniendo varias referencias a la cámara a pesar de que no es el director.

El trabajo de los entornos en las descripciones ayuda mucho a llegar a los sentimientos, no solo es describir una habitación con un personaje, sino al poner elementos específicos y describirlos de cierta forma podemos sentir y es entonces cuando el tono aparece, pues a través de los detalles que llegamos a él. No olvidemos que el posible simbolismo de los objetos ayuda mucho y digamos que potencializa la historia, así como el uso de imágenes particulares, como lo leemos de forma constante en el guion de Insidious. Todos esos elementos van tomando forma y entonces el tono se va asomando en cada oración. Gracias a esta obra, aprendemos y nos permite no olvidar que, cuantos más detalles específicos tengamos en nuestra historia, la convierte en singular, original y con el tono apropiado.

Por otro lado tenemos los diálogos que, si bien son sencillos, es gracias a esa simplicidad que el tono puede entrar fácilmente porque conectas con frases cortas pero constantes, entonces el trabajo en los diálogos debe ser siempre centrado en lo que esta viviendo el personaje, pero no al grado de dar explicaciones, porque entonces saldría de la realidad en la obra. Debemos recordar, el diálogo sirve para comunicar algo más allá de la simple información, mucho ojo con eso. Después de tener una atmósfera deseada, el tono sale por si solo y entonces cuando llenamos el guion de diálogos, pero diálogos con alma, son los que hacen especiales a los personajes, siendo sencillos, pero con sentido, esto dará potencia a la historia.

A lo largo del guion de Leigh, podemos ver páginas con muchos diálogos y otras con muchas descripciones, pero no están fuera de lugar, sino que tienen un propósito y gracias al tono, ayuda a que no sea pesado de leer o difícil de conectar, ya que se encuentran en perfecto equilibrio, logrando que la historia avance a un paso constante sin estar acelerada o detenida en el tiempo.

Cerrando con esto, entendemos que Insidious es un guion que tiene ese tono “Oscuro” creado en un género de terror/paranormal y a pesar de que posee ciertas exageraciones cuando los personajes hablan, se mueven, ven o reflejadas en los ambientes, el tono permite llegar a una realidad, dando equilibrio y permitiendo que el espectador conecte, ya que puede recordar experiencias propias o de algún conocido y ligarlas con lo que esta viendo, generando el sentido de pánico ante las semejanzas en las experiencias.

Para entenderlo con más detalle, podríamos decir que es la historia la que provoca la emoción, y está recogida en un frasco que guía nuestro punto de vista y ese frasco es el tono, el cual puede estar en una repisa con muchos otros semejantes siendo así que su forma de categorizarlos es el género. Espero que desmenuzar de esta manera el trabajo en la historia, te ayude al momento de escribir.

Lee el guion AQUÍ.

Por Horacio Carbajal. 

@EscribeCine