Lee el guion de The Breakfast Club 

Conexión.

El cine es una parte muy importante en la vida de muchas personas. Los gustos varían y siempre son de acuerdo a innumerables personalidades, pero lo que hace especial ese momento entre el espectador y la historia, es la manera en cómo conectas y descubres las similitudes en la vida, los sueños, los objetivos o las ilusiones de los personajes. El cine tiene esa magia de mostrarte cómo el personaje logra lo que tú quieres lograr, llora como tú lloras, sueña con lo que tú sueñas etc. Y es ahí cuando la gente habla sobre lo excelente que es una obra porque se logra identificar o, en otras palabras, logra una conexión emocional.

El trabajo del guionista al momento de construir mundos y plasmar las características necesarias para que los personajes se desarrollen, suele venir muchas veces de la experiencia personal y la vida común. Un ejemplo de cómo conectar gracias a la cotidianidad o lo personal, lo muestra la obra de John Hughesm en “The Breakfast Club” dónde aprendes que, para llegar a esa conexión con el espectador al momento de escribir tu guion, necesitas tener en cuenta son dos cosas muy importantes.

La primera que necesitas entender, es la manera de crear un personaje con características únicas. Muchas veces en el camino vas a encontrar diversas maneras de llegar ahí y comúnmente es por medio del uso de arquetipos. Ojo, es muy diferente a los estereotipos. Existen muchas definiciones y maneras de expresar su significado, yo te comparto la que aprendí en la escuela hace tiempo como un breviario cultural muy rápido. Un estereotipo se refiere a la imagen que tenemos de un determinado ser o colectivo en un ámbito en particular, el cuál reúne una serie de características. Un arquetipo, por el contrario, es un personaje que no se ajusta a esos patrones establecidos y reinventa el estereotipo añadiendo nuevas características, o modificando las que ya tenía.

John nos relata en esta obra la historia de 5 diferentes Arquetipos, los cuales conforme pasa el tiempo y conviven entre sí, logran un crecimiento personal en la historia al descubrir que tienen muchas cosas en común y gracias a la edad, generan la conexión emocional con el espectador. Un dato curioso que propone el guion, es que la historia se desarrolla dentro de pocos lugares dentro de una escuela, acercándose casi una puesta teatral al no movernos por muchos espacios y haciendo sentir al espectador que el tiempo es estático, cuando en realidad avanza con rapidez. Lograr esto no es sencillo, ya que debes mantener la concentración del espectador en la obra por medio del desarrollo de la trama, los obstáculos e interacciones con el lugar para que no se sienta abrumado, pero, gracias a la convivencia constante que John genera en éstas diferentes personalidades, donde poco a poco todos congenian y tú logras conectar con ellos, como espectador no te percatas del espacio ni del tiempo, gracias a la fuerza y complejidad que tienen los personajes que te llevaron a lograr la conexión. Es interesante entonces como descubres que la sencillez en esta propuesta logra generar un gran impacto, pero la sencillez no se encuentra en los personajes, sino en la forma de unirlos.

Ojo, no debemos confundir que la obra muestra estereotipos comunes, sino que, gracias a las diferentes características que cada uno aportan por su personalidad, tenemos el desarrollo deseado, logrando obtener arquetipos fuertes y al momento de ponerlos a convivir, permite generar la conexión emocional cuando descubrimos en ellos similitudes en nuestra vida real cuando fuimos adolecentes. Esto permite atraparnos como espectadores generándonos el deseo de adentrarnos más en ellos y ver cómo viven aquello que nosotros vivimos, cómo lidian por lo mismo y cómo encuentran ese equilibrio en sus vidas como nosotros quisiéramos obtenerlo. Aquí es cuando se desarrolla el segundo elemento y es “El diálogo”, ya que la mayor parte del guion leemos como los personajes se expresan, cómo conviven, lo que piensan y no solo gracias a sus acciones en la descripción podemos conocerlos mejor, sino son personajes que necesitan tener una voz.

Los diálogos son muy digeribles porque expresan lo que un adolescente con sus características únicas diría. No son complejos y no debemos quebrarnos mucho la cabeza para saber como serán las cosas, sino tenemos esa parte de nuestro ser, si es que aun eres un adolescente, que quiere expresar o si ya pasaste por esa etapa, es comúnmente lo que te hubiera gustado decir o dijiste en su momento. Es por ello que se vuelve un trabajo con una carga emocional más fuerte y permite al espectador conectar con facilidad.

John plasma los diálogos en manera ascendente pero constante. No carga el guion con descripciones muy largas, sino que leemos las necesarias para acomodarnos en el espacio, pero si tenemos mucho diálogo que permite esa unión con todos los personajes de forma gradual. En ningún momento sentimos que algún personaje sea forzado a decir cosas o actuar de manera ajena a la situación, sino que conviven en armonía gracias a las interacciones que tienen entre si. Esto permite llegar a esa conexión deseada, dónde encontramos la condición juvenil que es siempre la que moldea la vida adulta y gracias a los contantes intercambios en los diálogos, nos permiten encontrar una dimensión más densa en las personalidades de cada uno, siendo los diálogos en esta obra, un catalizador que muestra al personaje interiorizado y nos da la posibilidad de congeniar más fácilmente con ellos.

Por eso es importante conocer bien a nuestros personajes para entender cuándo será necesario una carga importante en las descripciones para presentarlos o bien dirigir los diálogos de tal forma que nos permitan llegar al interior de ellos. Esto sigue siendo un trabajo muy personal al momento de escribir y es por lo que muchas veces un guionista se apega mucho a sus personajes. Espero que de esta forma ahora que conoces más sobre cómo dirigir tu obra con este excelente guion, puedas sentirte más seguro y llegar a esa conexión soñada.

Por Horacio Carbajal

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