Carta de Barthes a Antonioni

Rolan Barthes fue un filósofo, escritor y ensayista francés, quien comenzó analizando el cine en 1960, intentando encontrar un código y una estructura dentro de esa representación de la realidad. Ya sea en un texto, una fotografía o cine, su análisis estaba influenciado por la lingüística y la filosofía del lenguaje, es decir, ver la imagen totalmente codificada, como si fuese un mensaje escrito en un lenguaje visual y todos los elementos de esta imagen son signos. Esta forma de analizar una imagen se basa en la semiótica, ciencia que estudia los signos en una imagen de forma técnica y cultural.

En 1980, Barthes escribió una de las más bellas piezas de crítica fílmica del siglo XX, un tributo al director italiano Michelangelo Antonioni (1912-2007); el texto titulado ”Cher Antonioni”, fue una carta abierta donde elogiaba la visión que Antonioni tenía del mundo como artista, como poseedor de una sensibilidad capaz de expresar el espíritu de su época. La carta fue compuesta con ocasión del premio especial de la ciudad de Bolonia al cineasta.

Barthes comienza su carta, Caro Antonioni, haciendo una distinción entre la figura del sacerdote (“tenemos más que suficientes de ellos”) y la del artista. “Al revés del sacerdote”, escribe, “el artista se asombra y admira. La mirada del artista puede ser crítica, pero no es nunca acusatoria ni resentida”. Esto puede no ser así en cada artista o cineasta, pero ciertamente es verdad en el artista Antonioni.

Barthes define los rasgos esenciales de la modernidad del cineasta: ”Muchos toman lo moderno como una bandera de combate contra el viejo mundo, contra sus valores comprometidos; para usted, lo moderno no es el término estático de una fácil oposición; lo moderno es, por el contrario, una dificultad activa para poder seguir los cambios del tiempo, no sólo en el nivel de la gran historia, sino en el interior de esa pequeña historia de la que la existencia de cada uno de nosotros constituye la medida”.

GENERALIDADES SOBRE EL CINE DE ANTONIONI:

  • En sus películas, hay un abandono de un antiguo problema cinematográfico y el planteamiento de una nueva cuestión.
  • Un artista no evoluciona, explora, no hay jerarquía o valores en los intereses, son una sucesión.
  • Un artista se hace cargo de sus intuiciones.
  • El  equilibrio es no ser dogmático ni insignificante.
  • Un acto político es hacer sutil el sentido de lo que un hombre cuenta, ve o siente.
  • El artista se detiene y mira largamente. El cine es un arte obligado a mirar por disposición técnica, a través de la cámara.
  • El artista “mira largamente lo que nadie le ha pedido mirar”.
  • El tiempo mismo de la mirada es controlado por la sociedad.
  • Nuestra suerte es incierta.

Lee la carta de Barthes AQUI.

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