La lucha de las mujeres en el medio audiovisual

Por Daniela Guivini

“Porque de esos papeles condicionados nacen referentes para la sociedad que no sólo no responden a la realidad, sino que pueden ser directamente contraproducentes para el deseable objetivo de igualdad” – CIMA

En 2016 nace una asociación que busca fomentar una presencia igualitaria de las cineastas y profesionales del sector del entretenimiento, contribuyendo a una representación realista de la mujer dentro de los contenidos que ofrece el medio audiovisual, sus siglas son CIMA, Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales; actualmente cuenta con más de 600 mujeres incluyendo: directoras de cine y tv, guionistas, productoras, actrices, editoras, compositoras y representantes de distintos departamentos. En este mes de conmemoración de la lucha feminista han compartido una serie de recursos muy valiosos.

Cuando una industria como la nuestra es dominada por hombres, inevitablemente la perspectiva se inclina peligrosa y exclusivamente a la mirada masculina. Hay una limitante creativa para colocar personajes femeninos en modelos diversos y complejos. En su aterradora mayoría las historias que consumimos son representaciones que fomentan los estereotipos de género y tropes arcaicas, muy pocas veces desde la mirada crítica, más bien, desde la simple reproducción constante e inconsciente. Como artistas, hay que reflexionar y cuestionarnos nuestra realidad siempre; el arte se nutre de la cultura, las estructuras sociales y el contexto. ¿Verdaderamente podemos darnos el lujo de ser apolíticos (cosa que no existe, todo es político) y creer que no tenemos una responsabilidad ética para ofrecer contenido trascendente? El estado del mundo no da para ser indiferente ante las injusticias sociales. Desde nuestro frente hay mucho en que trabajar y un extenso camino que recorrer, ya que, en el mundo audiovisual existe la violencia de género dentro y fuera de la pantalla, por ello es tan importante que existan asociaciones como el CIMA y que se trace una educación o reeducación que reimagine la creación de discursos para nuestras historias. 

Por “experiencias femeninas diversas”, se habla desde la interseccionalidad, todos los tipos de opresión deben ser tomados en cuenta si se desea un objetivo realmente significativo, reconocer nuestros privilegios es un acto disidente y por ello es revolucionario hablar desde el feminismo decolonial, migrante, transfeminista, queer, neurodivergente, transgeneracional, plurinacional, antifascista, ecológico, antiespecista, antirracista, anticapitalista, anticapacitista entre muchos otros. Hay que ser muy conscientes de las transformaciones que pueden traer cambios de enfoque como estos. Somos testigos de ello con historia básica del cine, es simplemente observar el impacto que ha tenido el cine militante, el cine documental, el cine de intervención y el cine experimental, solo por dar unos ejemplos. 

Lamentablemente, en la actualidad el discurso muestra ideas privilegiadas bastante alejadas de la realidad y podemos argumentar que es simple ficción, pero, por un momento, dejamos de lado el análisis simplista e hipócrita. Sabemos que los medios audiovisuales tienen una influencia demasiado poderosa en el imaginario colectivo, moldean formas de pensar y muchas veces, de ver la vida. Y el peligro es que estas suelen ser tóxicas, sexistas, machistas, desvalorizantes, sobresexualizadas, que invisibilizan, que banalizan, que mienten sobre el amor romántico, que discriminan y que están repletas de violencia simbólica, como el uso de humor misógino. Por otro lado, se complementa con lo que vemos fuera de la pantalla, se vive con los compadrazgos entre hombres que no ceden el espacio a mujeres talentosas, cuando sistemáticamente no se nos da la misma consideración en entregas de premios y festivales, o el miedo a ser una potencial víctima de acoso laboral y/o encubrimiento. 

Como sociedad, incluso con el acto más pequeño, en algún momento hemos asumido todos o algunos de estos estereotipos dañinos y de a poco vamos almacenando misoginia que se internaliza y normaliza. Por ello, el CIMA publicó un DECÁLOGO DE BUENAS PRÁCTICAS PARA COMBATIR EL SEXISMO EN LOS RELATOS AUDIOVISUALES, un recurso bastante simple y completo para tener una guía que nos ayude a tener un punto de partida para generar una activación social. 

Sé un factor de cambio, la indiferencia sistemática oprime, violenta y te vuelve parte del problema. Todo esto no quiere decir que no podamos disfrutar del contenido que ya amamos, solo es agregar una capa de consciencia crítica, reflexión social, y reconocimiento de tendencias, ¿y que no eso ya es parte de ser artista de todas formas? y los beneficios no acaban ahí, en general, las historias se volverán más interesantes, complejas. matizadas y ricas; no puedo pensar en mejores características para futuros referentes que se incorporarán a la cultura popular que aquellos que no menosprecian a grupos marginalizados.

Así que, colegx cinestx, apuesta por la educación, la deconstrucción, la justicia social y la libertad. No repitamos los errores de los que nos precedieron, la historia se hace, no se repite. 

@EscribeCine